Rociadores Automáticos de Agua
La instalación de rociadores suele ser una de las más costosas en comparación con el resto de medidas contra incendios, pero es una de las más eficaces desde el punto de vista de seguridad, tanto para personas como para bienes materiales.
Beneficios de los rociadores automáticos de agua
Este sistema está concebido para detectar un conato de incendio y apagarlo o controlarlo para que pueda ser extinguido por otros medios.
Se compone principalmente por una red de tuberías, un puesto de control y los rociadores (Sprinkler), que son unas boquillas distribuidas por la zona a proteger y que disponen de un elemento termosensible, que al alcanzar una temperatura determinada se abre y proyecta el agua sobre la zona de elevación de la temperatura.
La red de distribución de agua se conecta a una fuente de alimentación formada por un depósito de agua y un grupo de presión. Este tipo de instalación casi siempre implica la necesidad de una gran reserva de agua, que oscila desde aproximadamente 80 m3 para Riesgos no industriales, hasta Riesgos industriales importantes que pueden incluso superar con creces los 500 m3; además de la necesidad de un grupo de bombeo específico para rociadores.
Cómo es la instalación
El diseño y cálculo de la extinción automática por rociadores de agua se realizan siguiendo las indicaciones de la norma UNE-EN-12845, que cataloga las instalaciones en Riesgo ligero, ordinario o Extra y, atendiendo a los materiales almacenados, se obtienen los parámetros para dimensionar la red de tuberías, seleccionar y distribuir los rociadores, obtener la reserva de agua y la presión que debe de suministrar el grupo de bombeo.
La temperatura de funcionamiento se elige en función de la temperatura del ambiente. Su instalación es obligada en función del tipo de establecimiento, nivel de riesgo y superficie.